Lanzamiento del Nº1 de la Revista Territorios Comunes, «Ecología y ecologismos en Venezuela»

El Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP) se complace en anunciar que ya se encuentra disponible al público el Número 1 de la Revista Territorios Comunes, Ecología y ecologismos en Venezuela, en el cual se plantean diferentes debates, miradas, diagnósticos y propuestas sobre el asunto socio-ecológico y las diferentes pulsiones, movilizaciones y disputas que se producen en torno a los bienes comunes en Venezuela.

En este dossier participan: Francisco Javier Velasco Páez, Vladimir Aguilar Castro y Linda Bustillos Ramírez, Esteban Emilio Monsonyi (En entrevista con Emiliano Terán Mantovani y Francisco Javier Velasco), Lusbi Portillo, Alejandro Álvarez Iragorry, Liliana Buitrago, Nicanor a. Cifuentes Gil y Lenin I. Parra Montes de Oca, Rafael Uzcátegui , Alicia Moncada y Aimé Tillet, Nelson Muñoz, Emiliano Teran Mantovani, Movimiento Semillas del Pueblo – Campaña Venezuela Libre de Transgénicos, Alejandro López González, Marc Villa, y José Ángel Quintero Weir.

Para acceder a la revista, pulse click aquí.

Presentación

Venezuela vive una crisis sin precedentes en su historia. En todos los sentidos, la economía petrolera nacional ha colapsado, precarizando seriamente la vida de los venezolanos. Del mismo modo, se han ido desarrollando formas de caotización social, disfuncionalidad de las instituciones y el escenario político se ha vuelto cada vez más tenso y violento. El conjunto de voces que se reúnen en este texto que presentamos, nos proponen pensar también otras dimensiones de este proceso, haciendo un llamado vital, urgente: la crisis que vivimos no es sólo de orden económico, político-partidista o cultural, sino también de carácter ambiental. El ya viejo modelo de desarrollo extractivourbano-importador no sólo ha dejado históricamente múltiples y significativos impactos socio-ambientales en todo el país, sino que también esta lógica depredadora ha avanzado en el período de la ‘Revolución Bolivariana’, afectando cada vez más y de manera dramática las bases de la vida ecológica de las y los venezolanos, las posibilidades de la reproducción de la vida. Una deforestación rampante avanza en los territorios del país y con ella sigue generándose mayor pérdida de biodiversidad; múltiples factores tóxicos o elementos perturbadores afectan las fuentes de agua en el occidente del país, en la región andina, en los Llanos, en la región central, en el oriente del país, en el delta del Orinoco, la región Guayana y en los cuerpos marítimos; los efectos del cambio climático se hacen evidentes en las modificaciones de los ciclos de lluvia así como en las temperaturas promedio, lo que afecta especialmente a las economías locales de campesinos y pueblos indígenas; industrias extractivas van contaminando el aire de las áreas donde se instalan, provocando enfermedades a los habitantes de ellas; la degradación avanza sobre las áreas protegidas del país al tiempo que siguen creciendo prácticas de extracción y apropiación informal e ilegal de bienes comunes –como la minería ilegal, la sustracción de madera o el tráfico de especies en peligro de extinción–; lo que en conjunto socava la soberanía alimentaria y la productividad de los ecosistemas. En este contexto crítico, el Gobierno impulsa una serie de reformas económicas enmarcadas en la Agenda Económica Bolivariana y sus 15 ‘Motores Productivos’ y lleva adelante una ampliación de las fronteras de la extracción en toda la geografía nacional, donde resalta el relanzamiento del mega-proyecto ‘Arco Minero del Orinoco’ (AMO), una amplia zona de 111.846 kms2 (12% del territorio nacional) ubicada en los estados sureños de Bolívar y Amazonas, con áreas ricas en oro, coltán, diamantes, hierro, bauxita, entre otras, que a la vez se solapan con delicadas zonas de reserva naturales y territorios indígenas. Se han anunciado negociaciones con unas 150 empresas internacionales, planteándose una nueva importancia histórica para la minería en el país.

Todas estas polémicas transformaciones económicas, con un alto impacto socio-ambiental, aparecen encuadradas en los decretos de ‘estado de excepción y emergencia económica en todo el territorio nacional’ que han sido prorrogados permanentemente desde enero de 2016 hasta la fecha, y en la ‘plenipotenciaria’ Asamblea Nacional Constituyente, instalada formalmente el 4 de agosto de 2017. Es en este momento histórico que surge la propuesta del Observatorio de Ecología Política de Venezuela (OEP), una organización que busca visibilizar y analizar las desigualdades e impactos socio-ecológicos que se generan a raíz de la transformación e intervención de la naturaleza, los ecosistemas y los territorios, comprendiendo su relación con el modelo económico dominante; al tiempo que persigue producir un registro, sistematización y difusión de los diferentes saberes y experiencias producidas en torno a las luchas ambientales en el país, la defensa de los bienes comunes naturales y los territorios, así como la promoción de modos de vida cónsonos con el cuidado de la naturaleza, la vida y las diferentes formas de comunidad. En este sentido, OEP pretende dar voces y espacios de diálogo a diversas comunidades afectadas por estos impactos socio-ecológicos, que suelen tener poca o nula presencia en los medios hegemónicos; promover la articulación y el encuentro de los variados ecologismos del país; y ofrecer insumos para la investigación académica y militante respecto a los diversos asuntos políticos y sociales de la ecología en Venezuela.

Territorios Comunes, la revista del OEP, es uno de esos insumos que persigue ampliar los aportes y contribuciones que, desde la ecología política, puedan generarse para comprender las dimensiones socio-históricas y particularidades del modelo venezolano, así como el amplio y diverso tejido socio-territorial de comunidades, pueblos, grupos sociales y organizaciones que plantan resistencias y construyen alternativas al mismo. Territorios Comunes busca así, enriquecer un campo de estudio que en Venezuela ha sido muy poco trabajado y atendido, pero que es fundamental no sólo para comprender los fenómenos de impactos ambientales en el país, sino también los flujos de energía, agua y materiales que constituyen la economía del extractivismo, así como las disputas socio-políticas y formas de vida que se desarrollan en torno a los bienes comunes para la vida. Territorios Comunes es propuesta como una revista que pueda recoger una diversidad de registros, inspirada en la comunidad de saberes que componen las luchas socio-ambientales en el país y América Latina (conocimiento científico/académico, cosmovisiones indígenas, saberes campesinos, conocimiento activista o ‘disidente’, entre otros). En este sentido, apuesta por la riqueza y complejidad que ofrecen las variadas miradas, narrativas, subjetividades y epistemologías que emergen desde las disputas territoriales venezolanas.

Presentamos aquí el primer número de la revista, un Dossier en el cual se evalúa la “Ecología y ecologismos en Venezuela: balances, desafíos y oportunidades”, con miras a construir una mirada colectiva e interpretativa sobre los ecologismos venezolanos y las particularidades históricas y actuales de su entorno eco-político, donde resalta el modelo petrolero, el rol del Estado venezolano y la instauración contemporánea de la Revolución Bolivariana (1999-actualidad). Con este número intentamos dar respuesta a la pregunta ¿dónde estamos y hacia dónde vamos respecto al tema socio-ecológico en el país?, proponiendo algunas coordenadas fundamentales para pensar y accionar respecto a estos horizontes, contribuir a generar un tejido de saberes y experiencias a nivel nacional y sensibilizar al público en general acerca de estos trascendentales temas. Cuando hacemos referencia a los ecologismos venezolanos, no apuntamos única y necesariamente a las tradicionales y conocidas organizaciones ambientalistas, sino fundamentalmente al conjunto de comunidades, pueblos, pobladores y grupos sociales que defienden las condiciones socio-ecológicas y la reproducción de la vida en sus propios territorios u otros no tan próximos, los cuales son reivindicados desde variadas perspectivas de naturaleza y códigos culturales. El conjunto de luchas socio-ambientales que brotan desde los territorios venezolanos es el reflejo de un rico mosaico de prácticas, valoraciones y resistencias desde la pluriculturalidad popular del país. El dossier será presentado en dos secciones. Una primera que busca analizar las perspectivas histórica y conceptual, y los horizontes comunes de los ecologismos populares y comunitarios en Venezuela. Posteriormente en la segunda sección, se presentan diversas experiencias y enfoques del quehacer de estos ecologismos, en los cuales se resaltan sus formas de organización y militancia, resultados de sus luchas, así como diferentes temáticas específicas que amplían las variadas miradas del tema ambiental. En primer lugar, Francisco Javier Velasco hace un recuento histórico del surgimiento del ambientalismo venezolano, mostrando su evolución hasta la actualidad y la manera cómo progresivamente el tema ambiental se va posicionando con mayor fuerza en el debate político y expande su radio de acción. Por su parte, Vladimir Aguilar y Linda Bustillos evidencian la relación existente entre extractivismo y fragmentación de territorios indí- genas, resaltando a su vez los efectos devastadores que este ha provocado en los pueblos originarios y en la no concreción de sus derechos reconocidos constitucionalmente. En el artículo de Emiliano Teran Mantovani, se describe cómo el contexto del desarrollo petrolero de los últimos cien años en el país ha tenido un rol determinante en las particularidades de los ecologismos venezolanos, al tiempo que evalúa cómo en la Revolución Bolivariana, aunque se ha enarbolado un ideal de ‘justicia social’, se mantienen viejos patrones de degradación ecológica y marginalización social que han profundizado la injusticia ambiental. El autor señala que esto ha puesto sobre la mesa una crucial contradicción ecológica para estas expresiones del ambientalismo en el país, que estaría llegando a un punto de inflexión en la actualidad. Seguidamente se presenta una entrevista al antropólogo Esteban Emilio Mosonyi, en la que este destaca la importancia de la unión del movimiento étnico-indígena con las luchas ambientales; analiza en clave histórica la valoración marginal que se le ha otorgado a los pueblos indígenas en Venezuela, con lo que polemiza con varias corrientes intelectuales; ofrece su balance sobre la Revolución Bolivariana y reflexiona acerca de los aportes de la cosmovisión indígena para un movimiento de cambio en el país.

Revista Territorios comunes N° 1

Lusbi Portillo problematiza la política indígena en el período reciente y plantea una crítica a lo que considera la colonialidad en la República Bolivariana de Venezuela, partiendo de un análisis sobre el caso de la lucha yukpa en la Sierra de Perijá. En este sentido, ofrece también desafíos para detener, a partir de las movilizaciones sociales, los ‘dos Arcos Mineros’ del país.

En el marco de lo que considera una situación de crisis humanitaria compleja en Venezuela y de graves casos de injusticia ambiental, Alejandro Álvarez Iragorry desmiente que la protección del ambiente sea contraria a los intereses de los pueblos y enfatiza que la defensa de los derechos humanos ambientales es la única garantía de la protección y conservación del ambiente. Liliana Buitrago evalúa las prácticas y narrativas de movimientos sociales venezolanos planteando que, algunas nociones y procesos estructurales de las construcciones postcapitalistas de dichas organizaciones, pueden contribuir y enriquecer los debates ecologistas, en la medida en la que están determinados por los horizontes de la reproducción de la vida. Nicanor Cifuentes y Lenin Parra reflejan las tensiones que el ‘poder popular ecológico’ tiene con el Estado-Gobierno actual, debido a las enormes dificultades que existen para concretar el avance de las reivindicaciones ecológicas contenidas en el proyecto bolivariano. En este sentido, analizan con una mirada crítica el proyecto del Arco Minero del Orinoco, sin dejar de problematizar los dilemas que se le presentan a la militancia ecologista frente las amenazas externas a la Revolución Bolivariana. Rafael Uzcátegui propone algunas reflexiones críticas a la genealogía del abordaje que hace la izquierda venezolana en relación a lo indí- gena y cómo esto se expresó en el Socialismo del Siglo XXI venezolano, generando muy cuestionables formas de dominación sobre los pueblos originarios.

Ya en relación a la segunda sección de este número, Alicia Moncada y Aimé Tillett exponen la forma cómo los pueblos indígenas de Amazonas han construido diversos procesos de lucha por sus territorios y en defensa del bosque amazónico y la reproducción de la vida, en el marco de la Revolución Bolivariana. Los autores reseñan tanto sus logros organizativos y constitucionales como los procesos de cooptación y desmovilización de los que han sido objeto, lo que ha creado conflictos internos y limitaciones. Nelson Muñoz presenta una cró- nica desde la acción-reflexión ecológica partiendo de las luchas ambientales contra la expansión del carbón en la Sierra de Perijá, en el estado Zulia. De esta forma, describe cómo se van consolidando los métodos y enfoques de sus organizaciones, cómo van fortaleciendo sus movilizaciones, desde el momento que surge esta explotación hasta la llegada de la Revolución Bolivariana.

El Movimiento Semillas del Pueblo expone su experiencia desde el año 2012 para la construcción de la propuesta innovadora de Ley de Semillas, aprobada por la Asamblea Nacional en el año 2015. Esta organización destaca cómo esta ley es única en la región y el mundo, en la medida en la que propone una ruptura profunda con el modelo hegemónico de producción capitalista al plantear una concepción no mercantilizada de la semilla y dar reconocimiento y validación a los modelos consuetudinarios de producción de las mismas

Alejandro López analiza el problema del cambio climá- tico en Venezuela y su relación con la energía y el modelo extractivista. Destaca cómo este fenómeno no sólo afecta la vida de numerosas comunidades rurales e indígenas, sino también incide en el incremento del consumo eléctrico nacional, agudizando la crisis del sector. Reivindica el desarrollo de las energías renovables en contraposición al modelo extractivista y de explotación del carbón y otros combustibles fósiles, aunque subraya la necesidad de no olvidar que el patrón de degradación ecológica está determinado por las desigualdades producidas por el propio sistema mundial.

El sociólogo y cineasta Marc Villá hace un breve recorrido por la producción de cine y documental en Venezuela respecto al tema ambiental, analizando la poca difusión de este tipo de lenguajes y enfoques, a pesar de ser un país signado por la explotación petrolera y con tantos conflictos ambientales y energéticos. Por último, José Quintero Weir narra la historia del Lago de Maracaibo, vista desde la cosmovisión del pueblo indígena añuu, mostrando cómo se han contrapuesto dos formas de ver el mundo. En este sentido, pone en juego la distinción entre el petróleo y el ‘mene’, y cómo la progresiva destrucción del lago precisamente ha implicado la aniquilación de los añuu.

Esperamos que este conjunto de miradas, historias, reflexiones y experiencias puedan enriquecer, inspirar y contribuir en cualquier modo a todos los procesos que tributen a la defensa y reproducción de la vida. Hay mucho, mucho por hacer.

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