Salvaguarda de los bosques y libre determinación: Estrategias de los pueblos indígenas frente al cambio climático

Vladimir Aguilar Castro

Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (GTAI)

Universidad de Los Andes

Imagen de portada Un estudio encontró que en la Amazonia brasileña, contar con derechos de propiedad permite a los indígenas proteger la tierra de amenazas externas, lo que reduce significativamente la deforestación. Foto: Bruno Kelly/Amazônia Real-Creative Commons

Una realidad inocultable

Las Naciones Unidas ha confirmado lo que desde hace tiempo era una realidad inocultable. Primero, que el cambio climático vendría a constituirse en el desafío más apremiante para la humanidad en los tiempos actuales, y, segundo, que al ser los bosques los principales sumideros de gases que producen el calentamiento global, quienes en ellos habitan juegan un rol fundamental en su salvaguarda.

En el reciente Informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (FILAC), Los pueblos indígenas y tribales y la gobernanza de los bosques. Una oportunidad para la acción climática en América Latina y el Caribe (2021), expertos señalan que los derechos colectivos de propiedad o usufructo reconocidos jugarán un rol fundamental en la mitigación del calentamiento global.

Lo anterior viene a reafirmar lo anunciado por Julio Berdegué (2021), Subdirector General y Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, quien reitera que, tanto los derechos territoriales efectivos reconocidos como la gobernanza territorial y los conocimientos tradicionales, son claves para la conservación de la diversidad biológica.  

Los guardianes de los bosques

Los pueblos y comunidades indígenas del mundo en general y de la Amazonía en particular, han tenido un papel protagónico en la defensa de sus territorios ancestrales y tradicionales, siendo los bosques el principal lugar de asiento de sus culturas. En esta tarea han apelado a las más variadas y diversas formas de protección, garantizando la seguridad territorial desde sus usos y costumbres.

Según el Informe de la FAO y la FILAC arriba mencionado, “(…) los pueblos indígenas y tribales, así como los bosques situados en sus territorios ancestrales, juegan un papel vital para la acción climática global y regional y para el combate a la pobreza, hambre y desnutrición en el continente. Sus territorios contienen alrededor de un tercio de todo el carbono almacenado en los bosques de América Latina y el Caribe y el 14% del carbono almacenado en los bosques tropicales a nivel mundial. Históricamente, estos bosques han sufrido mucho menos destrucción que los otros bosques de la región (…)”.

La libre determinación como estrategia de mitigación del cambio climático

La primera de estas estrategias la constituye el impulso de las jurisdicciones especiales indígenas, instancias no solo de administración de justicia sino fundamentalmente de gestión de los territorios. La segunda tiene que ver con la creación de las guardias indígenas[1], que cumplen la doble función de salvaguarda de los bosques y de los pueblos indígenas.

Las iniciativas en cuestión se inscriben en el ejercicio del derecho fundamental a la libre determinación. Al ser esta última expresión superior del derecho a la consulta libre, previa, informada y de buena fe y del derecho al consentimiento respectivamente, los pueblos y comunidades indígenas se vienen organizando en función de la protección de las principales fuentes de vida: agua, oxígeno y biodiversidad.

Sin territorios indígenas titulados y sin la demarcación de los hábitats ancestrales y tradicionales no hay perspectiva alguna de contener el cambio climático. La preservación de los bosques pasa por el reconocimiento de los espacios ocupados por los pueblos indígenas. A la par de ello, la protección de los conocimientos tradicionales sobre los ciclos del bosque y de la naturaleza son necesarios para garantizar la continuidad de la vida en el Planeta Tierra.

Hoy en día, el ejercicio del derecho a la libre determinación pasa por la defensa del bosque amazónico junto a la puesta en práctica de las instituciones ancestrales y tradicionales de los pueblos indígenas.

La dimensión ecológica y territorial de los derechos indígenas

La noción del territorio incorpora su gestión colectiva e integral, lo cual comprende la organización social, comunitaria y familiar, así como el conjunto de normas consuetudinarias que determinan las formas de vida en los lugares ocupados de manera ancestral y tradicional por los pueblos indígenas, todo ello expresión de la libre determinación que incluye el autogobierno.

En la medida que se creen las condiciones para que este tipo de formas colectivas de gobernanza del territorio se hagan efectivas, habrá una mayor apuesta en garantizar la seguridad territorial y jurídica de los derechos indígenas, los cuales son en definitiva consustanciales con los derechos del bosque en particular, y de la madre naturaleza en general.


[1] Al respecto, cabe destacar la Sentencia T-030/16 de la Corte Constitucional de Colombia, la cual subraya el rol de las Guardias Indígenas como garantes de los resguardos indígenas y sus territorios. De igual manera, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en reiteradas ocasiones ha destacado el papel de las guardias indígenas en la defensa del derecho al territorio.   

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Vladimir Aguilar Castro

Investigador Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas de la Universidad de Los Andes

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